jueves, 23 de junio de 2011

Gotas tibias que rebalsan tu ombligo,

la respiración a velocidad de un poema con final divino.

El éxtasis se deja seducir por el silencio de la noche y se duerme.

La noche sigue madura como fruta que cae del árbol,

la luna sigue tratándo de memorizarlo todo.

La habitación se queda sin palabras.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tal como sucedió...OD

Anónimo dijo...

Esto es lo q me llevo y disfruto. Lo bueno, para q mortificarme con tontadas que no tienen caso.